Desde el paradigma de las Constelaciones Familiares, los hijos tienen necesidades (cuando aún son dependientes de otro ser humano) que los padres han de satisfacer. El amor surge como una especie de "seguro" de origen biológico, para que esas necesidades sean cubiertas y el bebé crezca sano hasta ser un adulto independiente.

En resumen, la necesidad viaja desde los hijos hacia los padres, en un movimiento ascendente.
El amor, en cambio, viaja de arriba a abajo, de los padres a los hijos.

Cuando los padres cubren un exceso de necesidades y van más allá de ello, cubriendo caprichos, la familia está condenada a la infelicidad, a demasiados pactos enfermizos sobre "el dar y el recibir". Se va más allá de los derechos y obligaciones "naturales" y SIEMPRE degenera en actos de exigencias, sacrificios, desilusiones y vacíos existenciales. Dar demasiado NO es bueno. Pasar factrta por lo dado, sobre todo si se pasa factura por haber dado la vida, NO ES JUSTO. Lo que los hijos dan a los padres, será dado a los hijos de los hijos, de nuevo en movimiento ascendente. Y el amor de los padres a los hijos de los hijos (nietos) será un deleite para quien entiende que el amor NO SE DA NI SE COBRA, sino que sencillamante O SE SIENTE O NO SE SIENTE. Es...una habilidad propia, sencillamente.  Y quien no la cultiva, no se verá recompensado por el placer de sentir amor incondicional.

La Naturaleza exige, en su constante combinación de diferentes ADNs, INDIVIDUOS ÚNICOS, que luego se posicionarán dentro de su especie.  Así que el deseo de que un hijo o hija sea "igual" que uno de los progenitores, es una aberración para la naturaleza. Si la naturaleza deseara "clones", no existiría el sexo para la recombinación de genes, está claro. La naturaleza NUNCA malgasta energía.


Hace muchos años, una cliente mía, embarazada, estaba muy preocupada por su bebé: "Aún no sé qué es lo que le tengo que meter en su cerebro, qué tengo que imbuírle". Al parecer este pensamiento le agobiaba.

Se me ocurrió, de repente: "¿Y no te preocupa más qué debes sacar de él? Seguro que trae su propia maleta llena de habilidades y dones, y quizá tú solo debas ocuparte -no preocuparte- de darle sólo lo necesario para que se convierta en lo que potencialmente ha de ser, sacando sus dones y habilidades innatos".  Al parecer, este pensamiento le gustó más...

Al cabo de casi dos años, vi a mi cliente con su marido y su hijo. Le rodeaban de amor, mimos, abrazos, le comentaban las normas de convivencia en sociedad. El niño era un ser ADORABLE, no de esos que están molestando a todas horas, ¡al contrario!. Adaptado al lugar donde estábamos, en silencio, observando, besando a sus padres, vi la estampa de una familia feliz. Sentí una profunda admiración de lo que habían logrado.

Y es que quizá el secreto de toda familia feliz es la de, sin perder de vista la disciplina, los pequeños sacrificios cotidianos y la aceptación y el respeto de las diferencias, reside precisamente en considerar que cada ser es único y diferente, y quienes aman, si aman de verdad, aportan el apoyo necesario para que los seres amados sean la mejor versión de si mismos.

Estructura para una vida ordenada...y amor como gasolina.

Jodorosky considera que todo padre o madre que desea una réplica de si mismo en un hijo/a, le mete en un "NUDO NARCISISTA", que equivale en la mayoría de los casos, a un desperdicio del potencial de ambos (padre o madre e hijo o hija). Lo "gracioso" de este nudo narcisista es que se da un doble mensaje:


"Sé mejor que yo...
pero ni se te ocurra superarme"

Para finalizar, los padres no tenemos el derecho de decidir la vida de nuestros hijos. Los hijos no tenemos la obligación de ser como nuestros padres. Los padres ponen la estructura y el alimento hasta la construcción del adulto,  y el adulto, que ha recibido una vida (que ha de agradecer a sus padres, que sirvieron de vehículo), tiene una especie de "obligación moral" de disfrutarla. Y sobre todo, tiene la obligación de convertirse en un adulto interdependiente y autosuficiente. Ser un niño eterno no hace sino generar roles tóxicos en la familia.

A veces, por lealtad a la familia, el hijo no se permite a si mismo ser más alto, guapo, rico, exitoso, feliz (o lo que sea) que sus padres, aunque aparentemente lo desee con todo el alma. Sería como una especie de "deslealtad" que hace a los padres "demasiado pequeños, menos válidos".

Otra cosa curiosa es que siempre que un hijo se plantea no repetir los mismos errores de sus padres...¡¡¡¡está condenado a repetirlos y AUMENTARLOS!!!

Sobre todo, insisto, sobre todo, si existe la prohibición explícita de que no los cometa. 

No hay nada que libere más a padres e hijos que:
  • los padres den la bendición a sus hijos cuando ellos parten hacia su propio destino
  • los hijos agradezcan no sólo la vida sino los dones recibidos por sus padres

Sólo así, la familia cumple su VERDADERO objetivo, y todos pueden disfrutar de la IMPECABILIDAD de hacer lo debido (no más) de la mejor manera posible (no perfecta). Y la felicidad de cada miembro de la familia se reparte y multiplica en ella.